Excursión a Belfast y Calzada del Gigante

Contratamos esta excursión a través de irlandaenespanol.com.
La excursión salía a las 7:30 desde la puerta del Hotel Gresham y no paramos hasta llegar a Belfast.

Una vez en Belfast paramos un momento para ver la universidad de Queens. Después hicimos otra parada para ir al servicio y empezamos la visita a los murales.


Primero visitamos los murales correspondientes a la parte católica.





Posteriormente visitamos la parte protestante.





El guía nos contó perfectamente la problemática que existe en Belfast, lo que ha sucedido durante años y en la situación de calma tensa que se encuentra ahora.

Si no se realiza esta excursión, existe la posibilidad de ir a Belfast en tren desde Dublín y una vez allí existen unos taxis negros que te hacen un recorrido por los murales. Los taxistas son excombatientes que estuvieron metidos en las luchas de católicos y protestantes pero que no tuvieron ningún delito de sangre.

Después de ver los murales y dar una pequeña vueltecita por la ciudad paramos para ver los astilleros donde se construyó el Titanic en 1912.


Después de un descanso y tomarnos algo, salimos rumbo a la Calzada del Gigante, una hora y pico de camino hasta llegar.

Hacía bastante frío, normal en la época del año en la que estábamos, pero es un lugar muy curioso de visitar, la Calzada del Gigante es una espectacular formación geológica de prismas hexagonales de roca basáltica provenientes del enfriamiento relativamente rápido de la lava. Aunque puede parecer que no es así, es totalmente natural.



Para la formación de estas rocas hay una leyenda:

Cuenta la historia que había dos gigantes, uno de Irlanda (Finn) y otro de Escocia (Bennandoner), que se llevaban muy mal y continuamente se tiraban rocas. De tanto tirar rocas se formó un campo de piedras sobre el mar. El gigante escocés decidió pasar el camino de rocas y derrotar a su adversario, pues éste era más fuerte que el otro. La mujer del gigante (Oonagh) irlandés vio cómo venía el gigante escocés, así que decidió vestir a su marido de bebé. Al llegar el escocés y ver que el bebé era tan grande, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando muy fuerte las rocas, que se hundieron en el mar para que el otro gigante no pudiera llegar a Escocia.

La excursión al completo es muy recomendable.

Sobre las 7:30 de la tarde llegamos a Dublín, con tiempo para dar una vuelta, cenar y descansar.

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